"El mar es el último refugio que me resta" A.Pérez-Reverte

16 abril 2008

¿Quién llora por Hu Jia?

He querido traer a mi blog este art��culo de mi siempre admirada Pilar Rahola, que encontr�� (el art��culo) en el blog del Sr. Josep Antoni. Qu�� suerte tiene Pilar, se nota que la sigue de cerca.... :)

" S��lo hace falta leer las informaciones que nos ofrece Amnist��a Internacional sobre las atrocidades del r��gimen: detenciones masivas sin ning��n tipo de procedimiento legal, internamiento en psiqui��tricos para ���curar��� a los disidentes, castigo indiscriminado a los familiares, uso de la tortura, etc��tera. Amnist��a ha llegado a denunciar que, con la excusa de los Juegos Ol��mpicos, China est�� perpetrando una ���limpieza de seres humanos���, que son llevados a centros secretos de detenci��n y tratados con la implacable violencia del r��gimen. Ninguna libertad, excepto la de hacer dinero, est�� permitida, y as��, en su a��o ol��mpico, no s��lo no ha reducido la represi��n, sino que China la ha aumentado, convencida de que los ojos del mundo s��lo miran hacia la billetera. Probablemente si China no fuera el gigante econ��mico que es, nunca hubiera conseguido el sue��o ol��mpico.
Pero lo era, y se hizo efectiva, una vez m��s, la m��xima de Francisco de Quevedo: ���Poderoso caballero es don Dinero���. As��, los elegantes se��ores del COI, mientras consolidaban sus intereses terrenales, nos vendieron bondades de libertad en la China ol��mpica. Bondades que, por supuesto, China se pas�� por el forro de una dictadura que no tiene otra verg��enza que su desinhibida desverg��enza.
Llega hasta tal punto su falta de complejos, que, con la llama ol��mpica iniciando su recorrido, se permiti�� ejercer la en��sima violencia brutal en T��bet, donde el n��mero de detenciones arbitrarias supera todas las expectativas. Y en la propia China, no s��lo ha limpiado a todos los disidentes que ha encontrado por cualquier rinc��n de su vasto territorio, sino que incluso ha condenado a c��rcel a uno de sus opositores pac��ficos m��s simb��licos e internacionalmente conocidos, Hu Jia, a quien se le ha negado incluso la medicaci��n, a pesar de estar enfermo de una hepatitis grave.
Su mujer, Zeng Jinyan, y su hija de pocos meses est��n bajo arresto domiciliario, no pueden recibir visitas, no tienen derecho a ninguna conexi��n con el exteriory su situaci��n es, hoy por hoy, un preocupante misterio.
Si sumamos a la represi��n coyuntural sobre personas o casos concretos, la estructural, cofundadora de la propia revoluci��n -y que implica la negaci��n de todos los derechos fundamentales-, tenemos un cuadro preciso y horrendo de la China actual.
Esta China, que no ha modificado ni un ��pice su estructura represora, es la que ha sido merecedora del anuncio planetario m��s importante de nuestros d��as: unos Juegos Ol��mpicos.
De ah�� que las peticiones del COI, o las voces preocupadas que se alzan en algunas canciller��as, o, incluso, algunas t��midas solicitudes de boicot suave, me suenan, y nunca mejor dicho, a cuento chino.
��Necesit��bamos tener im��genes de alg��n lama lloroso, violentado y asustado, para saber que China no merec��a la categor��a de unos Juegos? ��Necesit��bamos poner bajo los focos la desgracia del pueblo tibetano para descubrir la violencia del r��gimen? Y, puestos a ser impertinentes, ��por qu�� nos hemos movilizado masivamente por los derechos de T��bet, y no lo hacemos por los derechos de los miles de Hu Jia que, literalmente, se pudren en las c��rceles chinas?
Queda dicho (y as�� lo demostr�� siendo pionera, en estas p��ginas, de la preocupaci��n por T��bet) que la represi��n en ese bello pa��s me duele profundamente, pero tambi��n creo que T��bet es merecedor de atenci��n porque forma parte de las causas fashion que los esnobs pasean por el mundo. Lo que ocurre en T��bet es grav��simo. Tanto como lo que ocurre en la propia China.
Y sin embargo, los chinos perseguidos, encarcelados, torturados, desaparecidos, no merecen ni intentos de apagar la llama ol��mpica, ni ning��n tipo de protesta. Es extra��o decirlo as��, pero lo que menos nos interesa de la represi��n china son las v��ctimas chinas. Cosas de la hipocres��a del mundo, que levanta la pancarta con una mano, y con la otra se protege la cartera."


Pilar Rahola.

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