¡Cuánto rato te he mirado sin mirarte a ti,
en la imagen exacta e inaccesible
que te traiciona el espejo!
«Bésame», dices.
Te beso, y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán tus labios en el espejo.
«Toda el alma para ti», murmuras,
pero en el pecho siento un vacío
que sólo me lo llenará
ese alma que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.
Pedro Salinas.
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