"El mar es el último refugio que me resta" A.Pérez-Reverte

03 septiembre 2008

el orballo llega a Galicia



El orballo llegó, y con él se nos anuncia la llegada de un otoño tempranero; vaya tardecita de agua menuda, o sirimiri en Euskadi, o calabobos en Castilla, porque la lengua es así de caprichosa y se el antoja llamar de diferentes maneras a algo tan pequeño y suave como un beso entre peces que es esa agua que cae incesante y moja más que ninguna, porque es casi imperceptible, y poco molesta .....hasta que empiezas a notar que ha llegado hasta el tuétano y estás calado hasta los huesos. Esa es la lluvia que más me gusta. Hoy estoy de enhorabuena. Cierto que cuando llueve orballo el alma de los gallegos entra en un estado catatónico, no tomamos decisiones, hablamos poco, nos dejamos embaucar por el agua y su suave murmullo, pero eso siempre viene bien, qué carallo! parece decir el alma, dejadme descansar un poco, ya hablaremos cuando pase el orballo.
Me viene a la cabeza ahora una anécdota que nos contó la profesora en el colegio, la historia iba de Rosalía de Castro de viaje por Castilla, paseando por las calles con un escritor (cuyo nombre no recuerdo) en un momento dado se puso a llover suavemente, y es escritor muy solícito le explicó que a esa lluvia menuda allí le llamaban calabobos. Acto seguido le preguntó a la escritora. ¿con lo que llueve en Galiica no tienen calabobos? - sí, pero nosotros lo llamamos orballo. contestó Rosalía. ¡que extraño nombre para una lluvia! exclamó el escritor. Rosalía contestó- verá es que allí no hay bobos que calar.
Seguro que ess historia es falsa....pero me encantó.
Buenas tardes
.........melancólicas.:)

1 comentario:

Cris dijo...

Me encantan los días sentada viendo llover!!!