"El mar es el último refugio que me resta" A.Pérez-Reverte

31 octubre 2008

Jaque de la reina a sí misma?


"Tiene razón la Reina Sofía de Grecia cuando le comentó a la periodista Pilar Urbano que ella tiene "menos libertad de expresión que tú". Le dijo tal cosa a Urbano en el transcurso de las conversaciones mantenidas entre ambas y que han sido plasmadas en el libro La Reina muy cerca, presentado ayer en Madrid, escrito por la colega mencionada con motivo de los 70 años que cumple Sofía.
Es verdad que la Reina -el Rey, también y todavía más- no dispone del mismo grado de libertad de expresión que el resto de los ciudadanos y, sobre todo, por razones de carácter profesional, que los periodistas. O los políticos, podríamos puntualizar.

Un precioso bien Esta restricción de la libertad de expresión que sufre la Corona ha sido, sin embargo, un precioso bien para la Monarquía y para la España democrática. Tan precioso ha sido ese bien que -gracias a él- los Reyes han conseguido situarse au dessu de la mêlée desde que la Constitución de 1978 fuera refrendada. La Constitución, que es la vigente, legitimaba nada menos que al heredero impuesto por el dictador como Rey constitucional, circunstancia más bien polémica que permitió a Juan Carlos I eludir los riesgos de un referéndum sobre Monarquía o República.

Humberto II y Alfonso XIII Así se hizo en Italia, tras la II Guerra Mundial, y el Rey Humberto II de Saboya fue derrotado en las urnas y tuvo que exiliarse. Los italianos no le perdonaron a él y a su padre Vittorio Emanuelle II su connivencia y apoyo a Mussolini. Unos cuantos años antes, le sucedió lo mismo a Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, por haber violado la Constitución -aun siendo aquella Carta Magna predemocrática en muchos aspectos- y haber impulsado el golpe militar de 1923, encabezado por el entonces capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera.

Elecciones municipales El exilio de Alfonso XIII no vino por la vía de un referéndum, sino porque los españoles convirtieron las primeras elecciones municipales después de la dictadura primoriverista en un plebiscito en favor de la República. Y el hermano de Sofía de Grecia, Constantino, también fue desalojado de su trono -en el comienzo de la década de los setenta- porque alentó el cruel golpe de Estado de los coroneles griegos.

Monarquías simbólicas O sea, que las monarquías que quedan en Europa, todas ellas, son estrictamente simbólicas. Y es por ello que se han mantenido desafiando tanto el paso del tiempo como el hecho objetivo de que se trata de una institución por su propia especificidad no democrática. Que la biología sustituya a las urnas no parece razonable, lo que no debe interpretarse, sin embargo, en clave de derribo imperativo porque ejemplos hay -y el de España lo certifica- que la Monarquía puede ser útil en términos de democracia y, claro está, de libertades.

Nada que ver con "La corte de los milagros" Pero precisamente la Reina -la misma que ironizaba sobre su mesurada o escasa libertad de expresión- ha sido quien ha resquebrajado las reglas del juego mediante sus declaraciones a Urbano. Nada que ver, felizmente, con respaldos a generales o coroneles golpistas -el 23-F puso punto final aquí a la barbarie- ni a puntos de vista que se acerquen al franquismo o al fascismo o que enaltezcan en alguna medida las monarquías absolutas. Nada que ver, ciertamente, con "La corte de los milagros" que con admirable brillantez narrativa escribiera Valle-Inclán sobre la despreciable Reina Isabel II.

Rebasando el límite Ahora bien, algunas de las afirmaciones de Sofía de Grecia no son de recibo, pueden generar problemas o tensiones innecesarias y rebasan el límite atribuido a una Reina constitucional, a pesar de que otras son -justo es subrayarlo- enormemente sensatas. Aludo a sus reflexiones en torno a la quema de fotos, respecto a Obama, sus elogios a los presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, a Sonsoles Espinosa, a Carme Chacón -la primera mujer que gobierna los Ejércitos de España-, el muy dramático asesinato de Miguel Ángel Blanco o sus anécdotas simpáticas con el matrimonio Clinton o Fidel Castro.

Gran irresponsabilidad Sin embargo, son de una gran irresponsabilidad sus observaciones sobre Hassan II y sobre Mohamed, atendidas las no fáciles relaciones de Marruecos con España y teniendo en cuenta el contencioso, entre otros, de Ceuta y de Melilla. Y son una intromisión inaceptable en cuestiones políticas las teorías de la Reina acerca de la enseñanza obligatoria de la religión en los colegios; en torno al matrimonio entre homosexuales o criticando la fiesta del orgullo gay; el aborto; la eutanasia o afirmando que la difusión periodística de los horribles sucesos de violencia de género "provoca contagio" y "los que son propensos tienen un filón en esas noticias".
El mal ya está hecho La Reina es muy libre de pensar lo que crea más oportuno o conveniente. Y, por supuesto, de explayarse con sus familiares y con sus amigos personales. Pero sus criterios políticos y, en parte, morales no debían haberse proyectado públicamente. La Reina se ha hecho a sí misma jaque. Y, lo que es peor, el jaque puede ser al Rey. Estoy convencido absolutamente de que la Reina no ha dicho lo que ha dicho con ninguna intención ni perversa ni perturbadora. Ni con ánimo de provocar crispaciones. Pero el mal ya está hecho. En esta ocasión, resulta muy difícil defender a la Monarquía. El ataque no ha venido desde la derecha radical. El gol parece que se lo ha marcado la Reina en su propia puerta.

PD.- La nota de la Casa Real tiene la virtud de que la Reina lamente "que la inexactitud de las palabras que se le atribuyen hayan producido malestar o disgusto en personas o instituciones, a las que siempre ha profesado y profesa un profundo respeto". Pero no hay rectificación alguna. Y conviene precisar que la conversación con Pilar Urbano no puede ser descrita como una cuestión "privada". Estaba destina a un libro, que es por naturaleza público. Urbano es una periodista concienzuda y prestigiosa. El libro además fue, según la autora, leído por la Casa del Rey antes de editarse. Urbano ya escribió un libro sobre la Reina hace unos años. Pertenece al círculo de confianza de La Zarzuela. Curiosamente, varios de las tesis más polémicas que hace suyas la Reina coinciden con la doctrina oficial de la Iglesia. Urbano es numeraria del Opus Dei. Su último libro -antes que éste- versa sobre Escrivá de Balaguer y se titula El hombre de Villa Tevere. Enric SopenadirectorEl Plural"


Publicado por Xabier Pita Wonenburger o Outubro 31, 2008 9:10 AM (no seu blog)

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