"El mar es el último refugio que me resta" A.Pérez-Reverte

09 septiembre 2011

colmillos de loba



Hola tritones:


Hace unas semanas he vuelto al gimnasio y ya estoy otra vez "enganchada" a las pesas, el remoergómetro y al cinta elíptica, (gran invento, porque puedo bailar y todo ja ja ja ja,) el caso, es que incluso en un lugar como un gimnasio he vuelto a encontrarme con una de esas raras "avis" que pululan a nuestro alrededor y que yo he bautizado como "competirujis", las marujas competitivas. No sé qué extraña neurosis convierte a una mujer normal en competiruji supongo que es su afán de superación personal que las lleva a competir inevitablemente con cualquier otra fémina que tienen delante; podemos encontrar muchos tipos de competirujis", las cometirujis del super, cuya especialidad consiste en ponerse detrás de tí a la hora de  comprar embutido y si tú compras 200 grs..pues ellas 400, y si tú coges un litro de coca cola light, pues ella dos...luego, están las "competirujis" mamás o abuelas, ah!! esas son encantadoras, se identiifcan claramente, porque sus nietos o hijos, son los bebés y niños más altos para su edad, más precoces (uno en particular aprendió a andar solito a los 7 meses!) y por supuesto, tienen toda la dentadura al año, aprender a hablar al año y medio y a los tres ? buenooo, a los tres años tienen una diplomatura en psiquiatría diría yo, para tratar a su mamás o abuelas competirujis"..¡¡Diossss!!!), pero en fin, vayamos a la "competirujis" de gimnasio, estas sí son raras-raras-raras, que diría el papuchi, raras de cojones que diria Pérez-Reverte por eso cuando te encuentras con una, tienes que mirarlas con admiración, sí admiración!, porque meterte en un gimnasio, hacer pesas y correr en una cinta para competir con otras..coño, tiene mérito, eso..tiene mérito.

Cuando subes a una cinta a correr, o a una bici estática, o a una elítptica e inmediatamente se pone al lado una señora de entre 35-55 años, bueno, ya sabes que durante aproximadamente 20 minutos tendrás unos ojos mirándote de reojo y más aún mirando el tiempo y la intensidad de tu esfuerzo porque sí, amiguitos míos, ellas...lo hacen mejor que tú"!!! si tú vas a intesidad 5 ellas en el 8, si tú corres 5 km..ellas 10!!!!ja! buenas son ellas....pero claro, la razón de esta entrada en el blog viene porque el día que me tocaba ir al gym coincidió que leí a APR en un artículo mordaz y claro..embuida como estaba de mala hostia reverteriana no tenía yo mi  habitual estado emocional para toparme con una "competiruji" deportiva...

Desde que me vió entrar en la sala vino a por mí. Por supuesto, mientras yo me subí a la elítptica ella se acercó sutilmente y se puso en la de al lado....supuse que no se atrevería a hacer pesas, las mujeres no entran en ese lado del gimnasio donde solo hay mancuernas, pesas y máquinas que endurecen lo que a ellas no les interesa..pero esta era una "competiruji" de grado 1, el más alto grado, y me siguió por cada máquina que yo iba, con gran esfuerzo la veía yo soportando estoicamente cada máquina, cada repetición...y ya no disimulaba, máquina a la que iba yo, ahí iba ella,  rápidamente para demostrar que podía perfectamente hacer lo mismo que yo..hasta que, claro está, escuché al diablillo que habita en mí, y me dirigí a la máquina de cuádriceps. 20 kilos, ni más ni menos, 20 kilos, lo justo para endurecer la pierna y no acabar como Roberto Carlos, pero eso sí...solo hice una serie de 15 repeticiones, porque le iba a dejar la máquina para ella solita, mientras me agahaba a recoger la botella de agua cambié rápidamente el peso a 120 kilos, tan rápidamente que nadie se percató, la "competiruji" ..no se percató..la miré sonriente y ella se sentó rauda a demostrar que tenía piernas de acero....yo me quedé cerca bebiendo agua mientras no le quitaba ojo por el rabillo.  he de reconocer que lo intentó, lo intentó mucho, lo intentó tanto..que empezó a ponerse tan roja que se le hincharon las venas de la frente y se le tensaron los tendones del cuello, pero aquello no se levantaba, la ví mirarme, la ví mirar la máquina, la ví mirarme las piernas, y cuando su cara ya no podía ponerse más colorada, soltó aire, miró el reloj y dijo en voz alta¡¡¡ Ay Dios mío que tarde!!!..por supuesto, yo me giré dándole la espalda acallando las risitas, pasó por mi lado cuando me iba a las colchonetas a estirar, pasó ella muy estirada, de reojo la ví cojear un poco,.si ella me hubiera mirado entonces de reojo, ya no me vería sonreir..solo vería relamerme........ mis colmillos de loba.

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