
Hace tres días estuve en la declaración de un menor ante el fiscal; el menor iba con su madre como su representante legal, madre e hijo (de quince años) de un pueblo cerca de Coruña, nivel educativo bajo, o en el caso de la madre creo..inexistente. Hablaban gallego cerrado, a veces difícil de entender.
El señor fiscal, muy digno él tras su mesa, encantado de ver la cara de pánico del menor y su madre, no les dió ni los buenos días, y.....cuando comenzó a interrogarles, a pesar de que se expresaban en gallego, siguió preguntándoles en castellano, de hecho, parecía en ocasiones que no comprendía lo que le contestaba, y le hacía varias veces la misma pregunta, elevando el tono y hablando despacio, como si el niño fuera tonto, o extranejro, o sordo..o todo a la vez...haciéndonos perder a todos un tiempo precioso.
Cuando tras la declaración hablé con el niño y los familiares que esperaban fuera, y me expresé en gallego, la madre sonrió y me dijo sorprendida- ¡¡qué ben fala o galego!!
- E a miña obriga..son galega. les dije sonriendo.
-Pois o de dentro non o será....., contestó encogiéndose de hombros.
y volví a sonreir, sind arle importancia al comentario, pero cuando volvía al despacho andando pensé en lo fácil que es ser educado, y lo difícil que quieren hacer las cosas a veces la gente. Pero luego pensé, que a lo mejor, realmente el fiscal no era gallego, y a lo mejor no juzgó necesario aprenderlo para trabajar aquí, a lo mejor no creyó necesario decir..lo siento, puede hablarme en castellano, que no soy de aquí...o a lo mejor es gallego, pero no habla el gallego, porque no le da la gana..y si alguien le habla en gallego, pues tú le respondes en castellano, con dos c...., que él habla en castellano, y es Fiscal, y tiene educación.
Bueno..tiene un diploma.
La educación...es otra cosa.
y pienso lo sencillo que es hacer las cosas fáciles a la gente..y lo absurdamente difícil que lo quieren hacer todo algunos.
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